Un aumento en la dotación policial, además de financiamiento y equipamiento acorde, es parte del discurso del Gobierno respecto a las medidas a tomar en esta crisis de seguridad que atraviesa el país.
Sin embargo, un reportaje realizado por el Centro de Investigación Periodística – CIPER reveló la vivencia que enfrentan los Suboficiales de Carabineros, quienes acusan una “mala administración” por parte de los altos mandos.
La investigación arrojó que los uniformados tienen jornadas extenuantes de trabajo, además de una alarmante baja del personal destinado a enfrentar la delincuencia.
Esto último se responde debido a que los oficiales de las diversas unidades dan prioridad al trabajo administrativo y que este no sea objetado, además un importante porcentaje de uniformados con licencias médicas.
“Antes salían cuatro cuadrantes para una población de 170 mil personas. Hoy salen dos“, declaró un funcionario de la 6° Comisaría de Villa Alemana para CIPER,
El mismo apuntó directamente al alto mando de la institución por estar “más preocupados de cumplir con la labor administrativa —con el ‘papeleo’— que con las tareas de patrullaje”.
En esa línea, un excomisario de la Región Metropolitana declaró que la atención preferente a las tareas administrativas se produce porque a los oficiales no los sancionan “por un error en un procedimiento, sino por no mandar las cuentas a la prefectura”.
Esta situación, que se traduce en una falta de personal, ha provocado que los policías eviten internarse en sectores conflictivos por falta de apoyo.
“Uno escucha por radio los procedimientos y tratamos de que llegue cooperación de otras unidades, si no, no nos metemos a las poblaciones, porque tenemos con suerte dos furgones. Anda uno arriesgándose”, declaró un funcionario de la unidad de Villa Alemana.
“El mando en sí está potenciando su labor interna, administrativa, para que ellos no sean observados. Pero a la calle no le dan prioridad, los carabineros de la calle están todos reventados”, agregó.