➡️La capacidad para detectar vida husmeando entre escombros llevó a Thor a un curso de adiestramiento canino para identificar, mediante muestras de sudor de contagiados, al COVID-19 en Ecuador, uno de los países más golpeados por la pandemia en Latinoamérica.
Quince perros de razas golden retriever y pastor alemán y belga, de entre ocho meses y tres años de edad, se forman rastreando pequeñas bolas de algodón impregnadas del sudor de las axilas de contagiados que están en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
En otras naciones se utilizan aromas artificiales similares a los del sudor de un enfermo.
Junto a su guía, el cabo Elvis Burgos, de la Fuerza Aérea, Thor -un pastor belga de ocho meses de edad- adquiere destrezas para reconocer al coronavirus, que deja en el mundo unos 180 millones de casos y cuatro millones de fallecidos.
Otros 14 «binomios» de la Cruz Roja, Bomberos, Ejército y Marina hacen parte del primer curso experimental para olfatear el covid-19, que en Ecuador deja cerca de 21.500 muertos y más de 453.000 contagios (2.374 por cada 100.000 habitantes).
«El perro nunca se equivoca. Cuando identifica un aroma, nunca falla», indica Burgos mientras acaricia a Thor, que sentado lo mira fijamente.
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