➡️Así lo advierte el Hogar de Cristo en su nuevo estudio «Del dicho al derecho», que analizó la situación de las menores que son derivadas a centros residenciales de protección.
Cuando ingresan, «muchas veces las vulneraciones siguen: las redes de explotación sexual comercial están presentes», alerta la psicóloga Claudine Litvak.
Una cruda realidad muestra el estudio «Del dicho al derecho: Ser niña en una residencia de protección», del Hogar de Cristo, que analiza y visibiliza los estereotipos y la discriminación de género que sufren las niñas y adolescentes en residencias del sistema de protección del país.
Este revela que cerca de nueve de cada 10 menores que ingresan a éstas son derivadas por causales de violencia sexual que vivieron, y advierte que la estructura y enfoque del sistema termina «propiciando» la revictimización y mayor riesgo de que vuelvan a sufrirla.
En este marco, expone que al entrar al sistema enfrentan diversas desventajas estructurales, además de la violencia sexual: sesgo de género en residencias, alta rotación en programas y de los especialistas, en comparación con los hombres, y la revictimización, presentando mayor probabilidad de sufrir una nueva vulneración de derechos por el mismo u otro victimario, o de sufrir violencia por parte de sus parejas en la adultez.
«En general han sido vulneradas una y otra vez, cerca del 90% de las niñas que entran al sistema residencial lo hacen por causales que tiene que ver con violencia sexual, abuso, violación, explotación sexual comercial, y es la forma conocida de vida», sostiene la psicóloga Claudine Litvak, coordinadora del estudio.
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